En un 26,5% cayó la matrícula de primer año en las carreras universitarias de Educación entre los años 2011 y 2017. Sin embargo, esta caída de matrícula se localizó principalmente en el 40% de programas que en 2011 tenían “baja acreditación” y que dejaron de funcionar, lo que significó cerca de 3.000 estudiantes menos matriculados en el año 2017.
Esa es una de las conclusiones del Informe número 7 del Observatorio Docente del CIAE del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la Universidad de Chile, que analizó en qué programas de formación docente es más notoria la caída en la matrícula de Pedagogía, según ciertas condiciones relacionadas con las reformas que colocan exigencias más elevadas para el ingreso a estas carreras y según los beneficios socioeconómicos, como la Beca Vocación de Profesor y la gratuidad.
Entre las conclusiones, el informe destaca que mientras en 2011 había 22.641 alumnos de primer año en las distintas carreras de Pedagogía en las universidades del país, en 2017 la cifra bajó a 16.464. Gran parte de esta pérdida se explica por la caída en programas de bajo nivel de acreditación (1 a 2 años), de los cuales el 40% mejoró su nivel de acreditación respecto del que tenían en 2011 y otro 42% cerró. Así, la matrícula en 2017 en programas con “bajo” nivel de acreditación, se redujo a 363 estudiantes, tres mil menos de los que había en 2011.
Por otro lado, la matrícula en carreras de “alta acreditación” (5 a 7 años) aumentó de 12,4% en 2011 a 42,4% en 2014. Esta tendencia se mantuvo en el año 2017, con el 56,6% de la matrícula de primer año en programas de alto nivel de acreditación. Así, en solo seis años, se triplicó la proporción de matriculados en carreras de pedagogía con “alto” nivel de acreditación.
A pesar de lo anterior, el informe concluye que la reducción de matrícula en programas de baja acreditación no se ha compensado automáticamente por una mayor matrícula u oferta en programas de mejor calidad. Esto significa que es necesario estimular el ingreso a las carreras de pedagogía, haciendo valer las diversas opciones de ingreso estipuladas en la Ley de Desarrollo Profesional Docente de modo de evitar déficit en la oferta futura de docentes en los niveles parvulario, básico y determinadas especialidades de la educación media. Al respecto, el informe concluye que “es importante monitorear el estado de la matrícula agregada en el sistema y, a la luz de esto, utilizar los mecanismos compensatorios que indica la ley (calificaciones de la Educación Media, participación en programas PACE) para ampliar la matrícula y cantidad de profesores formados, especialmente los niveles y especializaciones en que ya observa oferta insuficiente”.
Ues CRUCH y privadas
El informe también analizó la matrícula de las universidades del CRUCH en comparación con las privadas, concluyendo que mientras las primeras aumentaron levemente su matrícula entre 2011 y 2017 (500 estudiantes más), la de las privadas bajó en 48% entre ambos años. El informe concluye que estos datos sugieren que la caída de matrícula en las carreras de Educación no sólo está asociada con el nivel de acreditación de los programas, sino también con el tipo de institución (CRUCH o privada). Esta situación no sucede con las carreras Mejor Pagadas y de Ciencias Sociales, las que aumentaron su matrícula en ambos tipos de universidades.
El financiamiento
En cuanto al tipo de financiamiento estudiantil (gratuidad, becas), el informe analizó si los potenciales candidatos que se interesaban en pedagogía, dada la Beca Vocación de Profesor, podrían elegir otras carreras para las que también podrían optar a becas o gratuidad, como otras carreras de ciencias sociales y de altas remuneraciones. Para ello, se compararon las tendencias en las matrículas de pedagogía con otras de Ciencias Sociales, como Psicología, Sociología y Ciencias Políticas; o de altas remuneraciones, como Ingeniería Civil en Minas, Ingeniería Civil Industrial, etc.
Al respecto, el informe concluye que los tres tipos de carreras analizadas (Educación, “mejor pagadas” y de Ciencias Sociales) aumentaron la proporción de matriculados que acceden a fuentes de financiamiento como becas o gratuidad para sus estudios. Sin embargo, los matriculados en carreras de Educación son los que más han accedido a estas fuentes, pasando de 20% de estudiantes de primer año en 2011 a 54% en 2017.
Respecto de la Beca Vocación de Profesor, el estudio concluye que, con el pasar de los años, su efecto ha ido disminuyendo. Así, en 2014 la BVP benefició a 2.181 estudiantes (46,6% de los estudiantes que accedieron a financiamiento completo), y en 2017 a sólo 1.873 matriculados (21,1% de quienes recibieron financiamiento). Este menor impacto de la BVP refleja el efecto de las nuevas políticas de gratuidad que favorecieron al 36,5% de los matriculados en carreras de Educación en el año 2017.
Fuente: Comunicaciones CIAE